Cine Truculento



Este es quizás el artículo más extraño que me haya decidido a escribir, pero a su vez interesante pues mi emprendimiento en este caso es llevar a cabo el análisis de las producciones cinematográficas consideradas truculentas y con esto hago referencia a aquellas obras que sobrecogen o asustan por su morbosidad, exagerada crueldad o dramatismo.

El cine truculento no es un género como tal, si no más bien la adjetivización del cine por su contenido, por su muestra visual y por el apoyo que hace el mismo de elementos que ante la sociedad, o al menos ante la mayoría de individuos, sobrepasa los límites de lo socialmente aceptado o lo socialmente deseado y definido como correcto.

Este tipo de producciones son frecuentemente famosas
por presentar escenas explícitas y generalmente evitadas, que por dichos elementos en ocasiones no logran transmitir (al menos no como sus realizadores desean) los mensajes entre líneas, el alma de la película, y en ocasiones terminan censuradas en diversidad de países por su contenido obsceno y su temática.

El cine truculento generalmente lleva a las pantallas actos de crueldad, tortura, abandono, sometimiento, degradación, castigo, aberraciones, bizarrismo, abuso, violación, promiscuidad, infidelidad, deslealtad, barbarie, crueldad, en resumen, comportamientos, actitudes y/o hechos que frecuentemente se desaprueban y resultan poco agradables de ver, difíciles de entender y fáciles de criticar. El simbolismo de estas películas puede ser difícil de desentrañar y a veces hasta invisible pero no inexistente, y la tarea interpretativa que necesitan estos filmes puede ser el mismo que se le dedica a la poesía más oscura.

A manera de ilustración y para lograr un mejor entendimiento acerca de las producciones truculentas, citaré el caso de la famosa película Trainspotting (1996) de Danny Boyle, en dónde escenas tales como la adicción a la heroína, el sexo promiscuo, y principalmente el hallazgo de un bebé muerto a causa del abandono de un grupo de amigos adictos a la droga, o las escenas en las que uno de los personajes se sumerge en un inodoro para buscar su dosis, resultan particularmente chocantes para la mayoría de espectadores que culminan tildando a la película de aberrante, pues escenifica actitudes y comportamientos inaceptables socialmente.

Más peculiar y no se podía describir de mejor manera una película truculenta, fue la crónica de la película Begotten (1991) de E. Elias Merhige que hallé:

"Me resulta imposible transmitiros algo que hay que ver para creer, algo que sólo puedo describir como una experiencia subjetiva que apela directamente a las vísceras y al subconsciente. Las imágenes nos atraviesan y no estamos seguros de si hemos visto lo que creemos haber visto, ni siquiera sabemos cómo se han formado en la córnea imágenes que jamás han aparecido en el film. Nunca percepción y observación han estado tan sutilmente separadas en el cine. Begotten es un film a palpar."

Para ser claro y sin pretender herir susceptibilidades les contaré por ejemplo que en Begotten una persona extrae sus vísceras en medio de un pozo de sangre mientras permanece sentada en una habitación con una máscara en su rostro, posteriormente otra mujer con un vendaje practica una felación a lo que "parece ser" un miembro masculino, para luego colocar el semen en su casi amorfo sexo, estos son parte de los elementos que complementan esta obra, destacable pero que nos deja la pregunta ¿en qué pensaban cuando idearon algo cómo esto?. La mayoría la consideran sumamente artística y posee una excelente fotografía en blanco y negro, adorada por algunos (una de las 10 mejores películas de 1991 según la revista Time) y repudiada por muchos otros.

Algunas otras películas truculentas destacables son: Straw Dogs (1971) de Sam Peckinpah que es un estudio sobre la violencia del ser humano basado en la novela "The Siege of Trencher's Farm", de Gordon M. Williams, Taxidermia (2006) de György Pálfi considerada un banquete de excesos en forma de genealogía grotesca, In the Realm of the Senses (1976) en donde por ejemplo la protagonista luego de matar a su amante mientras copulaban, asfixiándolo, le corta de un tajo el pene con un cuchillo, La Sconosciuta (2006) de Giuseppe Tornatore en donde la madre reprime a su hija, amarrandola de los pies y manos y empujándola constantemente al suelo para que aprenda a resistir los maltratos, en Saló o los 120 Dias de Sodoma (1976) de Pier Paolo Pasolini que tiene imágenes de coprofagia, o Gaau Ji (2004) de Fruit Chan en la que una ex ginecóloga que vive en un humilde barrio de Hong Kong vende una especie de pasta con propiedades rejuvenecedoras, los cuales están elaborados entre muchos ingredientes con fetos.

En fin, estas producciones son generalmente amadas u odiadas, los intermedios casi no tienen cabidad en este tipo de producciones, muchas de ellas son realmente obras maestras del sétimo arte malentendidas, explícitas en demasía, como escuché alguna vez, algunas de estas películas parecen ser amateur o una simple broma, pero no, ahí están y vale la pena mirarlas. Eso sí creo que es importante hacer la separación de los slashers hollywoodenses, son realmente distintas las unas de las otras.

Escenas crueles o truculentas hay a raudales en el cine, es el añadido de una carga emocional y sensible lo que hace que una escena impacte en el ánimo hasta sacarlo de quicio, estas películas son anzuelos escalofriantes que ponen los pelos de punta, dan ganas de llorar, retuercen el estómago y hacen que miremos a otro lado en muchas ocasiones, pero no dejan de ser fascinantes dentro de toda la amargura, angustia y desolación que provocan.

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